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Incluso si nunca has dado mucha importancia a tu dieta, quedar embarazada probablemente provocará algunos cambios ya que, todo lo que comas y bebas, llegará a tu bebé. Cómo tu bebé crezca, se desarrolle, interactúe y se mueva dentro de ti será, en parte, debido a la comida que hayas ingerido. Por tanto, vale la pena pensar en tu dieta e invertir algo de energía en tomar decisiones sensatas sobre lo que comes. No lo hagas sólo por ahora, sino también en el futuro.

Guía general de alimentación preconcepción

  • La cafeína y el alcohol pueden ser tóxicos para el desarrollo de los espermatozoides, así que motiva a tu pareja a minimizar su ingesta. Si alguno de ustedes es fumador sería benéfico que dejaran de hacerlo. Los fumadores masculinos producen menos esperma por eyaculación que los no fumadores y las mujeres fumadores pueden tener problemas con la ovulación y sus ciclos menstruales.
  • Controla la ingesta de vitamina C y asegúrate de estar consumiendo muchos cítricos, bayas, kiwis y jugos frescos.
  • Vigila tu peso. Tener sobrepeso u obesidad afecta la fertilidad y contribuye al desequilibrio hormonal. Las mujeres que son demasiado gordas o demasiado flacas pueden tener ciclos menstruales anormales.
  • Tanto tu como tu pareja deben comer muchas frutas y verduras frescas. Una dieta saludable, que se ajuste a los requerimientos nutricionales, incluye: carne roja y blanca, pescados y mariscos, leche y productos lácteos, pan y cereales.
  • Aumenta el consumo de calcio a través de leche y productos lácteos, también tus niveles de ácido fólico mediante verduras de hoja verde y aumenta el consumo de omega 3 con pescados grasos.
  • Comienza a tomar suplementos de ácido fólico hasta 3 meses antes de concebir para evitar que tu bebé pueda desarrollar defectos neurológicos. Se recomienda un suplemento de 500 microgramos/día. Incluso si tienes una dieta alta en ácido fólico, es difícil asegurar que estés ingiriendo lo suficiente para obtener los beneficios.

Desórdenes alimenticios

Todos tenemos una relación con los alimentos que puede ser funcional o insalubre. Las personas que ven la comida como un amigo o incluso una gran fuente de confort, tienden a presentar problemas de peso. El embarazo puede ser un momento en el que se vuelve difícil obviar los problemas de alimentación sin resolver por lo que tienden a sobresalir.

Si estos no se abordan correctamente, los trastornos alimenticios pueden permanecer durante muchos años junto con la posibilidad de que los bebés los hereden, en particular de sus madres.

Si has experimentado problemas con la alimentación y la comida en el pasado, busca el consejo de un nutricionista al inicio de tu embarazo. Necesitarás coraje para hacerlo pero el primer paso hacia cualquier mejora, es reconocer que se tiene un problema y luego hacer algo al respecto. Saber que tu bebé dependerá de ti para proporcionarle la nutrición necesaria para crecer y prosperar, es razón suficiente para que muchos padres busquen ayuda. 

Dieta durante el embarazo y malestar matutino

  • Escucha las señales que da tu cuerpo acerca de si desea comer o no. Trata de evitar comer algo que no te guste sólo porque es bueno para ti. Es importante mantenerte hidratada en todo momento con sorbos de agua, tazas de té suave, batidos de frutas, cereales con leche baja en grasa o limonada.
  • Mantén un recipiente de galletas y un vaso de agua en la mesa de noche. Al despertarte, asegúrate de tener algo en el estómago además de tus enzimas digestivas, incluso antes de que tus pies toquen el piso.
  • Pídele a tu pareja que cocine hasta que te sientas mejor. Esto puede no ser sino hasta después de su primer trimestre. La apariencia y el olor de la carne cruda puede ser demasiado para muchas mujeres embarazadas, así que evítalo si es necesario.
  • Toma un vaso de leche y algo ligero antes de ir a dormir.
  • Evita alimentos muy picantes, grasos o muy dulces. Las comidas livianas y fáciles de digerir como el arroz, la pasta, algunos bocadillos, la fruta y el pan tostado son buenas alternativas.